Una Mirada en el Tiempo - Ahora en Wordpress

Hemos trasladado las reflexiones de este católico sevillano de la cosecha del 63 a wordpress.
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Gracias
Juan Pablo Navarro Rivas

Preguntas sin repuestas y Resurrección

Las incertidumbres que nos acompañan durante nuestras vidas acucian al meditar sobre la Pasión del Señor. La incomprensión ante el silencio de Dios, la injusticia, el dolor, la soledad y la muerte se convierten en hechos reales en los padecimientos de Jesús en su oración del Huerto de los Olivos, en su condena, en sus insufribles padecimientos, en su completo abandono, en su muerte.
De la misma manera que Pilatos, preguntamos:"¿Qué es la Verdad? Y respondemos que la Verdad es Cristo y que Él respondió al silencio del Padre con la confiada aceptación de su Voluntad; a su condena con perdón; al dolor con Amor; a la soledad con su entrega absoluta a los demás; a la muerte con Esperanza.
Y por ello, hoy, que celebramos la Pascua de Resurrección, sabemos que las preguntas sin respuestas se convierten en afirmaciones rotundas cada vez que descubrimos la Verdad en el Resucitado, en la convicción profunda de que Jesús de Nazaret vive y nos ha redimido de todas nuestras incertidumbres.
Juan Pablo Navarro Rivas

La Música y Dios

Soy un simple aficionado a la música y lo ignoro todo respecto a la teoría musical. Con mucha dificultad puedo descubrir las entrañas de cualquier composición y, sin embargo, la música me emociona y me eleva. Hay algo singular en nuestra especie que hace que cualquier hombre de cualquier época ante un conjunto de notas dispuestas de determinada manera pueda sentir las lágrimas de san Pedro en la Pasión según San Mateo de Bach o ganas de bailar con Radiohead.
No nos diferenciamos en nada de aquel hombre que fuimos y que, en torno a la hoguera, escuchaba atento una historia arcana, que podría no entender, mientras vibraba con los sonidos sincopados de primitivos instrumentos. Algo inmensamente bello debió depositar el buen Dios en aquella ameba primigenia de la que todos descendemos y que navegaba silente por océanos inmensos escuchando la música celestial de las esferas, de manera que a ti y a mí, la música siga, como ameba multiforme, adaptando nuestras formas de estar, nuestras formas de pensar, nuestras vidas en suma y ayudándonos a descubrir la alegría, la tristeza, el desasosiego, el enternecimiento, la agitación, la inquietud, el temor, el amor, la belleza, la superficialidad, la transcendecia, las más intensas emociones; la exaltación y el silencio que lleva a Dios.


"Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa"  
Salmo 146.
Juan Pablo Navarro Rivas